martes, 23 de junio de 2009

Sonrisa ligera

De vuelta a la hoja en blanco. Eliminando alusiones vagas a mi foco amarillo y a la soledad de mis pensamientos. Dejando de lado la dualidad entre lo bueno y malo del ser humano. Evitando temas sociales negándole al mundo mi verdadera postura. Escuchando notas lúgubres en una fría, sí, noche de verano en la ciudad.
¿Tienen un propósito estas letras?, ¿tienen realmente un trasfondo fuera del terapéutico clic de las teclas mientras las oprimo liberando ideas y dudas acerca de la vida y sus recovecos?. ¿Qué tantas reflexiones pueden rondar una mente atormentada y repleta de recuerdos y satisfacciones?.
Hace ya un tiempo que trato de evadir mi realidad, no porque esta sea mala o triste, al contrario. La evado porque se que no durara mucho, esta feliz situación en la que me encuentro tiene fecha de caducidad, que se acerca paso a paso como un león entre la hierba, acechando al feliz caribú que pasta despreocupadamente en medio de la meseta africana. Entre grandes obras maestras de la literatura, opera clásica, y largas charlas con amigos, se van mis horas, mis días, mis semanas. Acercándome al conocido desenlace en el que las cosas que tanto aprecio quedaran momentáneamente atrás para dar lugar a una nueva y gran aventura.
Una nueva y gran aventura que nunca pensé se vería tan gris. Como un Peter Pan que desencantado con Nunca Jamás observa melancólicamente la realidad que deja atrás cuando vuela asegurando su cruel libertad. Ha sido un gran viaje, una maravillosa experiencia de autodescubrimiento que dudo haya terminado aun. Al encontrarme de frente al borde de ese precipicio al que todos deberíamos de dirigirnos me doy cuenta del gran paso que aun falta para dejarme caer, para vivir como pocos se atreven, con el viento en la cara disfrutando aunque sea una vez de todo lo que la vida nos ofrece.
Viviendo entre mascaras, entre roles enteramente diferentes, hace falta abstraerse de todo y todos para encontrar lo que uno realmente es. Existen diferentes maneras de lograr esto, en mi caso involucra un viaje trasatlántico y un largo periodo de reflexión. No será la primera vez que me acerco a esto, no será la primera ocasión en que me encuentre redescubriendo las cosas que siempre me han hecho quien soy. Y sin embargo, se ve tan definitivo, tan gris e incierto. Como si dejara atrás una gran vida, y la dejara para siempre. Guillermo Chávez, Mushkin, Guille, Memo, dejaran de existir para dejar que la verdadera persona escondida detrás de tantas facetas florezca, un segundo nacimiento en vida, con todo lo que esto implica.
Apoyándose en todo lo construido a lo largo de veintitrés años y proyectándose mucho mas lejos y mucho mas alto. Irreconocible para el ojo inexperto, y como nunca, real, genuino para todo aquel que se interese por observarlo. Entendiendo lo incomprensible del dulce misterio de la vida, pero viviendo mas feliz que nunca por saberse pequeño e insignificante. Apreciado por quien es, y no por lo que tiene o hace. Exprimiendo hasta el ultimo gramo de esencia para mantenerse fiel a sus valores y amores.
Tiempos confusos realmente, y extrañamente nítidos en una realidad que es inherentemente opaca y gris. Constantemente me encuentro haciendo las mismas tonterías de siempre, enamorándome de la misma gente, pensando las mismas cosas que hace muchos años; nada raro en alguien tan terco y necio como yo. Al mismo tiempo me encuentro mucho mas sereno, mas sensato, saliendo con mas gracia de aquellos mismos problemas que me hubieran ahogado en vasos de agua hace no tanto tiempo. Me dicen por ahí que seguro estoy madurando, que la vida me ha enseñado. A mi me gusta pensar que soy yo quien me ha enseñado, y que no es precisamente madurez lo que me impulsa a desempeñarme mejor, sino una ligereza inexplicable, que poco puede perturbar una sonrisa cínica y feliz.
Conclusiones extrañas, ideas locas y poco razonables. ¿Qué importa?.