miércoles, 27 de enero de 2010

Reflexiones Sencillas

Una de las grandes virtudes del ser humano es aprender y evolucionar. También es una virtud (¿o maldición?) que cuando este aprendizaje y evolución trata de ser impuesto desde afuera generalmente fracase. Esta lección la aprendí a la mala: cometiendo errores, atropellando semejantes. Percibir los factores de cambio en los individuos no es complicado, al contrario, es mucho mas sencillo de lo que se pudiera pensar. Hablando un par de minutos con alguien es suficiente para que los detalles que hacen a la persona quien es sean revelados. Cuando se observa realmente se les percibe claramente y es posible analizarlos, procesarlos, incluso distorsionarlos para tu beneficio.

Cada individuo es una catarsis esperando suceder, todos cuentan con ese acumulado de sentimientos y vivencias que, cuando el orden de los factores es el correcto, crean un momento de sublime entendimiento y liberación. Como en todo, existen numerosas distracciones: alcohol, dinero, drogas, relaciones efímeras, sexo, siestas, trabajo. Muchas de ellas conscientes y deliberadas, otras irracionales e inexplicables para el usuario. Renegando, de una u otra manera, que el ruido que tratan de silenciar jamás dejara de sonar en sus cabezas hasta que sea apagado de raíz. A la mañana siguiente los estragos seguirán ahí y las razones para volver a empezar el ciclo no se habrán desvanecido. La miseria, latente dentro de ti, solo espera la oportunidad para tomar la plaza.

La única persona capaz de emprender la larga, costosa y difícil subida eres tu mismo. El único capacitado para vencer y reconciliarse con los miedos y demonios de tu vida eres tu mismo. Aquellos a tu alrededor(les importes o no, nunca sabrán de que manera ayudan o perjudican)solo pueden hacerte la vida mas fácil, apoyarte, pero cada uno de los pasos son por cuenta propia, cada escalón es una terapia unipersonal, intima. Se reduce a una comunión de cuerpo y espíritu, en la que reconoces tu inmenso valor y agradeces(a quien sea, Dios, padres, a ti mismo, no importa) la capacidad de superar los obstáculos. La renovada confianza te hace sentir invencible, comienzas a entender lo que los demás decían, incluso humildemente aceptas que algunos tenían razón y con una nueva autoridad corriges a aquellos que se equivocaban. Eso sí, para lograr todo esto necesitas comenzar el viaje, solo así alcanzaras nuevas alturas.

Es extraordinariamente difícil aprender en cabeza ajena. Aquello que entiendes, comprendes, aprecias y atesoras por tu cuenta influye exponencialmente más en tu vida que todo lo que puedas aprender de los demás. La vida sería muy fácil si tus padres o maestros pudieran transmitirte los resultados de sus vivencias tal cual, sin embargo lo más que podrán obsequiarte son las herramientas necesarias para que a su edad comprendas mas y veas mas lejos de lo que ellos vieron, ese será su mejor regalo, producto del amor y el deber. Su aportación mas grande a la larga cadena evolutiva del ser humano, aportación, que hay que señalar se puede basar en amor, en su mejor esfuerzo, o incluso en una larga y dolorosa cadena de errores.

¿Cuáles son las instrucciones para vivir?, en una primera reflexión diría que no existen, que nadie sabe exactamente como hacerlo ni la mejor manera de terminar el viaje. Continuaría diciendo que a pesar de que no existen instrucciones delimitadas, siempre han existido actitudes e información que puede hacer el camino mucho mas sencillo, incluso placentero: la honestidad, la toma de decisiones basadas en el amor no el temor, la paciencia, la reflexión y la tenacidad, el arriesgar, mantener una mente abierta, recordar que todo vive en eterna transformación, incluido tu, y tener siempre presente que al final del día todos estamos muertos así que es mejor no dejar nada pendiente.

Lejos de tratar de impones mis ideas, lo que se intenta es compartir lo poco o mucho que se aprende de los aciertos y errores. Para aquellos tan tercos o necios como yo les será difícil aceptar que no se les haya ocurrido a ellos primero, o cuestionaran la valides del mensaje. Tan difícil como cuando yo lo escuche por primera vez de mis padres, maestros, amigos, incluso de enteros desconocidos. El verdadero valor de un consejo, independientemente de su utilidad, es la sinceridad con que se da, esperando que en una conspiración cósmica del universo cumpla su cometido ya sea en el largo, mediano, o con suerte, el corto plazo. Recuerdo claramente las palabras de mis padres resonando en mi cabeza horas, días, meses o años después cuando logre comprender su significado, o el sabio consejo de aquel amigo que ya no está más y con el que ya no creías tener nada en común, incluso de aquel viejo extraño que con lagrimas en los ojos entraba en ese trance de aquel que revive la experiencia mas terrible de toda su vida. La sabiduría del mundo existe en todos y en todo, depende de ti reconocerla y apreciarla.