sábado, 18 de septiembre de 2010

viernes, 10 de septiembre de 2010

¡Viva México!


Ya lo veo venir, cerca de las once de la noche el 15 de septiembre se me va a enchinar toda la piel, un escalofrío de emoción me va a recorrer todo el cuerpo y con toda la fuerza que tengo dentro voy a gritar ¡Viva México!. Si, ya se que nuestro país no es perfecto, que estamos en tiempos de crisis social, política, de seguridad.; reconozco todas esas cosas y más. Vaya hasta estoy dispuesto a reconocer la flagrante falta de legitimidad y mal gobierno de nuestro Presidente y Congreso en turno. Sin embargo, no estoy de ninguna manera dispuesto a reconocerlos como lo único que está sucediendo en mi país. México es otro, es mucho mas grande y más importante que todo eso.

Me rompe el corazón ver las caras desconsoladas, derrotadas de tantos mexicanos invaluables. Decir que no tenemos nada que festejar es reconocer que somos un país de perdedores, con nada que ofrecer al mundo, sin metas ni ilusiones. Mis queridos amigos, no hay nada más alejado de la verdad. Tenemos historia, si bien no perfecta, rica, complicada, extraordinaria; tenemos cultura, desde unos chilaquiles hasta el Huapango de Moncayo, pasando por Frida, Diego y Fuentes; tenemos gente invalorable para el mundo, luchona, valiente; con ideales y sueños; tenemos un país que a pesar de todos los retos y desgracias late todos los días y demuestra que es una nación que no está dispuesta a morir.

¡Carajo!, que pinche necesidad tenemos de seguirnos lamentando. No conozco a nadie que, aunque se las vea negras, el día de su cumpleaños no se desconecte un rato para celebrar. Lo necesitamos todos, necesitamos recordar porque estamos aquí, que estamos haciendo y definir a donde queremos ir. Esa es la misión de la generación del Bicentenario. Es imperativo que reconozcamos nuestro momento histórico, sin importar las dudas, confusión, miedo, derrotas; la historia ya nos alcanzo, los próximos días vivirán por siempre en la historia de México como hoy recordamos 1810 y 1910. Momentos troncales de nuestro país. Momentos que aún hoy definen lo que hacemos, sentimos, vivimos. Definen gran parte de quienes somos.

Tenemos que gritarle al mundo, gritarnos a nosotros mismos que aquí estamos; que no vamos a ningún lado ni vamos a desaparecer silenciosamente en la oscuridad. Los mexicanos que trabajamos, estudiamos, hacemos una buena vida y somos felices somos más. Aunque últimamente se nos olvide, por el estruendo de la crisis social, por la impresión de la violencia que calla y somete a tantos compatriotas. No podemos permitir que unos pocos secuestren a México. Que unos pocos decidan nuestro futuro y dicten las reglas de cómo debemos de comportarnos o como debemos de pensar. Si estábamos esperando un momento de cambio ¿qué mejor momento que hoy?¿qué mejor ocasión vamos a encontrar para replantearnos nuestra idea de país y generar un cambio profundo que nos salvé del abismo?.

Somos un país de contrastes, desde los lamentables hasta los encomiables. Existimos a lo largo de los siglos y permanecemos con un espíritu común; como una madre inexplicable que nos llama pero no entendemos. Compartido entre los miserables y los poderosos; desde el Presidente hasta el estibador. Olvidamos a ratos que somos más de lo mismo, que cuando dañamos al prójimo nos estamos haciendo daño a nosotros mismos. Dejamos de trabajar para escapar por el camino fácil, buscando al recompensa efímera. Nunca más.

Por todo eso es que el 15 de septiembre por la noche voy a tomarme un tequila, hinchar el pecho y gritar con todo el aliento que está buena tierra me ha dado ¡Qué Viva México!. A ver si así logro sacar todo está ponzoña que ando cargando, libera mi espíritu para seguir viviendo, para seguir trabajando; siempre con un mejor mañana en la mente para mi y todos los que quiero.

Feliz Bicentenario y no chingaderas.


domingo, 14 de marzo de 2010

Encuérate y vive

¿Cómo le platicas a alguien tu vida?¿como la escribes?¿como separas lo importante de lo intrascendente?. Estas preguntas me han dado muchas vueltas en los últimos años, pensando en lo que querría que fuera público y lo que quisiera mantener en secreto. Después lo entendí, no hay manera de entender lo que sucede sin contar todos los detalles. Decentes y sórdidos, llenos de sabiduría o impregnados de la más grande estupidez. ¿Cómo le pido al lector que me entienda si no estoy dispuesto a sincerarme y contarle las razones y motivos de mi peculiaridad?.

Hay que encuerarse, enseñar todo y dejar que el publico decida. Ya sea aplauso o condena, ovación de pie o lapidación publica. Al final del día ¿qué es mas importante?¿lo que digan de ti?¿o lo que tu piensas de ti mismo?. Yo deje de preocuparme por el escarnio popular, sin embargo, todavía me doy cuenta cuando desde las profundidades de mi persona surgen sentimientos de vergüenza, miedo o una necesidad flagrante de censurarme. Te puedo decir que vencer a los demonios esta cabrón, te dominaron e influenciaron tanto tiempo que sacudirlos e ignorarlos toma mas que tiempo y voluntad, necesitas huevos.

Es fácil culpar a otros por tus traumas, ya sea tu familia, amigos, jefes o maestros; siempre habrá un villano de cuento al que puedas embaucar con tus derrotas personales. Que si tu madre te grito cuanto tenias 4 años, que si tu jefe te corrió porque lo viste feo, que si tus maestros nunca reconocieron tu verdadero potencial. Que sarta de sandeces, a este mundo llegamos solos y solos nos vamos a ir, a los responsables de nuestra vida los puedes ver solo en un lugar: el espejo. No reniegues, hagas lo que hagas el final es el mismo para todos, tu única decisión es que diablos vas a hacer mientras ese día llega. Relájate, disfruta, vive tu vida sin tapujos, sin odios, olvídate de los desmadres de tu pasado, ríete de tu borrachera magistral en la fiesta de la oficina, de cuando te batearon a los 15 en un día de San Valentín, incluso cuando tu mama te cacho con un wey en la cama!. En serio, nada de esto va a importar mañana, tu sigues respirando y cada día será otra oportunidad de abrir los ojos y seguir adelante.

Ya seas rico, pobre, flaco o chaparrito, casi todos los ataúdes son del mismo tamaño, y ni hablemos de las urnas, te prometo que desde adentro no te vas a dar cuenta si tu caja era de madera pulida o de plástico chafa. Sal a la calle, observa, métete al parque por el que pasas todos los días y admira la grandeza del planeta. Cuídate, si quieres hacer de todo tienes que asegurar que tu cuerpo te pueda seguir el paso. Nunca dejes de brindar con tus cuates, algún día lo vas a extrañar. Busca nuevas experiencias, que nadie te las cuente. Evita la platica de güeva de tu compañera de trabajo sobre lo increíble que es nadar con delfines, lárgate a la costa e inténtalo!. No le tengas miedo a las garnachas, nadamás no exageres.

Deja de sobreanalizar tu vida, te esta quitando demasiado tiempo para vivirla. Aprende a disfrutar tanto de tu propia compañía, como de la de los demás, una es tan importante como la otra. ¿Cómo quieres caerle bien a tus cuates, si no te soportas tu?. Date chance, me cae que eres mucho mejor tipo de lo que crees y si no, siempre es un buen momento para cambiar de actitud. Cómprate un perro, o mejor aún adopta; admira la capacidad de un animalito de encariñarse contigo solo porque le das de comer y lo apapachas, es amor del bueno aunque no te conteste cuando le platiques tus rollos.

Disfruta cada día, disfruta cada momento con quienes te hacen sentir bien, y aprende lo más que puedas de la gente que no aguantas, aunque sea solo para darte cuenta de para donde no vas. Aprende a decir no, aprende a alejarte cuando lo necesites. A mi nadie me enseño a vivir, es una ciencia que desconozco profundamente, aunque estoy seguro que la sección de superación personal de Sanborn’s tampoco tiene la respuesta. Te puedo dar un consejo, aprende a observar la belleza hasta en las cosas mas insignificantes, así siempre que estés triste o nostálgico podrás pintarte una sonrisa con el más pequeño de los detalles. La vida es una, no vas a tener una segunda oportunidad de estar aquí y ahora, así que despierta, sonríele al tarado del espejo y vive.

miércoles, 27 de enero de 2010

Reflexiones Sencillas

Una de las grandes virtudes del ser humano es aprender y evolucionar. También es una virtud (¿o maldición?) que cuando este aprendizaje y evolución trata de ser impuesto desde afuera generalmente fracase. Esta lección la aprendí a la mala: cometiendo errores, atropellando semejantes. Percibir los factores de cambio en los individuos no es complicado, al contrario, es mucho mas sencillo de lo que se pudiera pensar. Hablando un par de minutos con alguien es suficiente para que los detalles que hacen a la persona quien es sean revelados. Cuando se observa realmente se les percibe claramente y es posible analizarlos, procesarlos, incluso distorsionarlos para tu beneficio.

Cada individuo es una catarsis esperando suceder, todos cuentan con ese acumulado de sentimientos y vivencias que, cuando el orden de los factores es el correcto, crean un momento de sublime entendimiento y liberación. Como en todo, existen numerosas distracciones: alcohol, dinero, drogas, relaciones efímeras, sexo, siestas, trabajo. Muchas de ellas conscientes y deliberadas, otras irracionales e inexplicables para el usuario. Renegando, de una u otra manera, que el ruido que tratan de silenciar jamás dejara de sonar en sus cabezas hasta que sea apagado de raíz. A la mañana siguiente los estragos seguirán ahí y las razones para volver a empezar el ciclo no se habrán desvanecido. La miseria, latente dentro de ti, solo espera la oportunidad para tomar la plaza.

La única persona capaz de emprender la larga, costosa y difícil subida eres tu mismo. El único capacitado para vencer y reconciliarse con los miedos y demonios de tu vida eres tu mismo. Aquellos a tu alrededor(les importes o no, nunca sabrán de que manera ayudan o perjudican)solo pueden hacerte la vida mas fácil, apoyarte, pero cada uno de los pasos son por cuenta propia, cada escalón es una terapia unipersonal, intima. Se reduce a una comunión de cuerpo y espíritu, en la que reconoces tu inmenso valor y agradeces(a quien sea, Dios, padres, a ti mismo, no importa) la capacidad de superar los obstáculos. La renovada confianza te hace sentir invencible, comienzas a entender lo que los demás decían, incluso humildemente aceptas que algunos tenían razón y con una nueva autoridad corriges a aquellos que se equivocaban. Eso sí, para lograr todo esto necesitas comenzar el viaje, solo así alcanzaras nuevas alturas.

Es extraordinariamente difícil aprender en cabeza ajena. Aquello que entiendes, comprendes, aprecias y atesoras por tu cuenta influye exponencialmente más en tu vida que todo lo que puedas aprender de los demás. La vida sería muy fácil si tus padres o maestros pudieran transmitirte los resultados de sus vivencias tal cual, sin embargo lo más que podrán obsequiarte son las herramientas necesarias para que a su edad comprendas mas y veas mas lejos de lo que ellos vieron, ese será su mejor regalo, producto del amor y el deber. Su aportación mas grande a la larga cadena evolutiva del ser humano, aportación, que hay que señalar se puede basar en amor, en su mejor esfuerzo, o incluso en una larga y dolorosa cadena de errores.

¿Cuáles son las instrucciones para vivir?, en una primera reflexión diría que no existen, que nadie sabe exactamente como hacerlo ni la mejor manera de terminar el viaje. Continuaría diciendo que a pesar de que no existen instrucciones delimitadas, siempre han existido actitudes e información que puede hacer el camino mucho mas sencillo, incluso placentero: la honestidad, la toma de decisiones basadas en el amor no el temor, la paciencia, la reflexión y la tenacidad, el arriesgar, mantener una mente abierta, recordar que todo vive en eterna transformación, incluido tu, y tener siempre presente que al final del día todos estamos muertos así que es mejor no dejar nada pendiente.

Lejos de tratar de impones mis ideas, lo que se intenta es compartir lo poco o mucho que se aprende de los aciertos y errores. Para aquellos tan tercos o necios como yo les será difícil aceptar que no se les haya ocurrido a ellos primero, o cuestionaran la valides del mensaje. Tan difícil como cuando yo lo escuche por primera vez de mis padres, maestros, amigos, incluso de enteros desconocidos. El verdadero valor de un consejo, independientemente de su utilidad, es la sinceridad con que se da, esperando que en una conspiración cósmica del universo cumpla su cometido ya sea en el largo, mediano, o con suerte, el corto plazo. Recuerdo claramente las palabras de mis padres resonando en mi cabeza horas, días, meses o años después cuando logre comprender su significado, o el sabio consejo de aquel amigo que ya no está más y con el que ya no creías tener nada en común, incluso de aquel viejo extraño que con lagrimas en los ojos entraba en ese trance de aquel que revive la experiencia mas terrible de toda su vida. La sabiduría del mundo existe en todos y en todo, depende de ti reconocerla y apreciarla.