jueves, 26 de febrero de 2009

Turistear

Muchos son los días en que me quejo de lo mala y tediosa que es la Ciudad de México. Ya parece una cantaleta que se repite y repite todos los días hasta el hartazgo: que si el trafico me tiene harto, que nunca puedo calcular bien para llegar a tiempo, que si todo esta muy lejos, que no puedo traer el reloj manejando porque me asaltan, que si la manifestación me tuvo tres horas parado en Reforma, que los microbuseros son estúpidamente maleducados, que los gobernantes son pésimos, que me duele la garganta por la contaminación, que si el hoy no circula, que si el ciclotón en domingo trastornando las calles, y un muy, pero muy largo ,etcétera.
En una ciudad tan grande y poblada como esta siempre existirán mil y un cosas de las cuales quejarse, y por las cuales malhumorarse. Pero se necesitan días como el mío ayer para darse cuenta de las sorpresas maravillosas que esperan pacientemente a nuestro alrededor, es tan sencillo como aventurarse a verlas una a una para volver a enamorarse de la metrópoli. Por la insistencia de mi hermano nos paramos de nuestra habitual fiaca dominguera para turistear un poco por nuestra ciudad. Llegar fue bastante sencillo, todo Eje Central y en un abrir y cerrar de ojos dejábamos el coche en un estacionamiento a un costado de el Palacio de Bellas Artes(uno de los teatros mas bellos del mundo). No fue difícil llegar a nuestro primer destino: el mirador de la torre Latinoamericana. A cuarenta y dos pisos de altura se puede apreciar de una manera bastante espectacular la capital mexica en toda su extensión. Por un lado los majestuosos volcanes que ese mañana se podían ver con inusual claridad; por otro lado, el sur de la ciudad bañado en una tenue luz blanca que apenas y se colaba entre las nubes de lluvia; finalmente el lago de Texcóco y el oriente lejano de la ciudad. Visitar el mirador, por lo menos una vez en la vida, es algo esencial para todo aquel que quiera conocer verdaderamente la capital de nuestro país; la perspectiva de pájaro es la única que nos permite vislumbrar, aunque sea un poco, la monstruosa y majestuosa megalópolis que es la Ciudad de México.
Bajamos del mirador solo para encontrarnos en una plazoleta a un lado de la torre con la vieja exposición “Sobre Ruedas”, ¿se acuerdan?, la de los vochos cortados en pedazos y los carros forrados de talavera. Continuamos nuestro recorrido con el estomago algo alebrestado, entre decidiendo por algo changarresco o un restaurante decente nos topamos con el bar La Opera. Actualmente perteneciente a una familia de Veracruz este tradicional bar tiene 114 años de antigüedad y entre sus múltiples historias esta una cuando Pancho Villa empezó a tirar balazos eufórico dentro del restaurante; el balazo en el techo aun esta ahí. La comida fue espectacular aunque algo complicada de comer (mendigos caracoles) pero la atmosfera del lugar y la música en vivo nos dejaron con un excelente sabor de boca. El día terminó revisando libros viejos en un pequeño tianguis en el Museo Nacional de Arte y el tradicional mercadito entre el Palacio de Minería y el Palacio Postal. Fuera de mas churros con chocolate, no podría pedir mas de un domingo en la capital
Algo similar me sucedió el verano pasado: ya estábamos en las ultimas semanas de vacaciones y el tedio de estar en Coatzacoalcos me tenia algo harto. Después de estar acostumbrado al traqueteo de una metrópoli y que el encanto de la tranquilidad provinciana comenzaba a desvanecerse la nostalgia por el trafico y el smog hacían eco en mi cabeza. Un día, casi de sorpresa, llegaron un par de amigos a visitar y yo buscando que pasaran un divertido fin de semana arme todo un plan de turisteo por la ciudad y sus alrededores. Antes de ese día no me había dado cuenta la gran variedad de cosas que se pueden hacer en Coatzacoalcos. Comenzamos desayunando en un restaurante a la orilla del río, empalagados y satisfechos cruzamos en una de las lanchitas amarillas con azul. Llegamos sin saber muy bien que esperar a la Congregación de Allende, donde(como nunca me hubiera imaginado) me sentí en otro lugar. Nuevo, interesante, desde donde podíamos observar un Coatzacoalcos totalmente diferente, “el otro lado del río” que tantos años vi pero nunca conocí. La tarde(nota que nuestro desayuno fue a la una de la tarde) se nos fue bastante rápido caminando por el boulevard, terminamos de regreso en casa con un hambre atroz. Nuestro siguiente destino seria aun mejor: tomamos la carretera a Barrillas y nos embarcamos en un pequeño paseo entre lagunas, canales y bocas de playa. Nunca pensé que algo tan cerca de mi casa pudiera ser tan hermoso; coronamos el día en Jicacal observando desde la hamaca caballos correr en la playa y admirando un atardecer que bañaba de rojo, naranja y amarillo la gran bahía de Coatzacoalcos.
El tedio de la vida cotidiana nos hace perder de vista las cosas extraordinarias que solo esperan ser descubiertas. Ya sea un bar pintoresco en el centro histórico, un mercadillo de libros, un paseo entre barcos y pangas o una tarde bohemia desde una hamaca frente al mar. El truco es saber sacudirte la pereza, y estar dispuesto siempre a nuevas aventuras.
Memo Chávez

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Orfeo

Regresamos esta semana recordando a un barquito cucho que termino desguanzado justo en medio de la playa de cara a la ciudad hace casi cuatro años. ¿Se acuerdan del Orfeo?. Yo lo recordé ayer, mas por las consecuencias que tuvo en mi vida que por el simple hecho de haber decorado la playa durante algunos meses. Durante esa temporada pasaron muchas cosas, explotaron gasoductos, se derramaron barriles de petróleo en el río, entre otras. Parte de una cadena de acontecimientos que me tendría hoy aquí escribiendo esto para ti.
Justo cuando sucedió todo esto yo venia regresando a Coatzacoalcos, tenia ya tres años viviendo y estudiando en la ciudad de Monterrey. Por caprichos del destino termine colaborando en una suerte de comité: la idea era soñar la imagen que queríamos de nuestra ciudad. Después de la mala racha que fue de diciembre de 2004 a marzo de 2005 era necesario hacer algo por reencaminar el esfuerzo colectivo y crecer mas como ciudad. Había representantes de varios sectores importantes de la ciudad, desde la política hasta la comunidad empresarial; yo por alguna extraña razón venia como representante de la juventud porteña. Escuchamos hablar a todos y fijar su posición. Recuerdo muy bien mis palabras, mi manera de decir las cosas, realmente estaba muy seguro de lo que estaba diciendo: cuestione a los presentes sobre las oportunidades reales de crecimiento para los jóvenes en la ciudad, cuales serian nuestras aspiraciones mas allá de una plaza en Pemex o en el gobierno estatal; ¿qué atractivo tenia nuestra ciudad para quienes, como yo, tenían ambiciones reales y profundas?. De momento todos los presentes escucharon y algunos incluso me felicitaron al terminar la reunión. Fue un ejercicio interesante y bastante enriquecedor.
Sin embargo, cuatro años después aun sigo pensando en el. Algo no me había quedado del todo bien de toda esa experiencia. Reflexionando sobre mis palabras y juicios me di cuenta del error en que había caído ese día. Es imposible que un país como México salga adelante si tiene una juventud que se pregunta ¿qué puede hacer mi país por mi?. Si como el “futuro” de la nación estamos esperando que las soluciones y el éxito nos caigan del cielo nuestro futuro pinta bastante gris. En un país como el nuestro y con los problemas que tiene es necesaria una juventud propositiva que se involucre en las cosas que suceden a su alrededor. Que se prepare, que pregunte, que discuta. Una juventud activa y segura de si misma.
Eh mirado con tristeza lo que ha sucedido con México. El narcotráfico, la corrupción, la ignorancia, etc; nos han llevado por un camino que hasta ahora solo nos trae pobreza y muerte. Me duele ver a mis amigos y conocidos con miedo, cuidándose la espalda desconfiando unos de otros. Denostando a los que son diferentes, tachando a todo pobre de criminal, o a todo rico de corrupto. Alguna vez dije que me sentía perdido, que cada vez que miraba por la ventana comenzaba a ver un país que no era el mío. No podía reconocer en lo que nos habíamos convertido como nación. ¿En donde cabe en México la violencia?¿en donde cabe la pobreza?¿en donde cabe la corrupción?. La respuesta es en ningún lado, porque la violencia, la pobreza y la corrupción solamente estorban.
A mis veintidós años tengo pocas convicciones firmes. Creo en un poder superior, creo en la perfectibilidad del hombre y creo que existe el amor. Alrededor de estas giran muchos aspectos de mi vida y trato de darle coherencia a mis actos con ellas. Como joven no siempre me sale, pero duermo tranquilo sabiendo que hago mi mejor esfuerzo. ¿Si todos lo hiciéramos que tan lejos vamos a llegar?. Alguna vez platicando con mi papá le decía por lo mal o bien que me sentía de hacer tal o cual cosa, y trataba de entender porque me sentía mal cuando las cosas no me salían bien; la respuesta fue tan sencilla y abrumadora que no pude ni discutir: nos sentimos mal cuando sabemos en el fondo que no hicimos nuestro mejor esfuerzo. Cuando lo haces, cuando das todo lo que puedes dar si las cosas te explotan en la cara o no salen te puedes ir con la consciencia tranquila de tener la certeza de que no había absolutamente nada mas que hacer.
Tristemente este no es el caso cuando hablamos de salvar a nuestro país, no tenemos otro intento o la capacidad de irnos a dormir tranquilos si el país convulsiona. Es nuestra responsabilidad histórica hacer nuestra parte para que en dos, cinco, diez, cincuenta años podamos volver la vista atrás y sentirnos orgullosos del lugar en donde vivimos, donde crecimos. Que no dejamos morir por muy difícil que fuera salvarlo y hacerlo mejor. Todos los granos de arena forman la playa, por pequeños e insignificantes que parezcan, si todos hacemos nuestra parte, si actuamos bien y con voluntad, lograremos lo que sea.

Canción de la semana: Rob Zombie-Never Gonna Stop.

De pasada…cualquier comentario, duda, queja, sugerencia, argumento o incluso mentada, me pueden escribir a notasdemushkin@gmail.com. El mail número 456 se lleva unas mantecadas ja.

Presentación(17 de febrero)

Pfff, esta es como la décima vez que trato de empezar esta columna. El efecto negativo de que las cosas estén saliendo bien, es que normalmente traigo la cabeza tan despejada que mi inspiración desaparece por completo. Nunca lo eh terminado de comprender, pero siempre ha sido así, mis mejores cuentos, historias, reflexiones y demás cosas siempre surgen cuando traigo la cabeza hecha un nudo y ando arrastrando los pies por la vida. Ahora que la escuela va excelente, que tengo proyectos, que estoy contento, las ideas desaparecen, no existe la necesidad de reflexionar tanto sobre la vida, o de buscarle soluciones a problemas bobos.
Raro andarle buscando el lado malo a todo lo bueno que sucede en mi vida, pero como ser humano tengo que buscar un pretexto para ser infeliz. Es mi naturaleza, mi deber, mi deseo inconsciente que no me permite del todo disfrutar las cosas que llegan y que valen la pena. Bah, definitivamente yo no pienso así, simplemente me desespera un poco el intentar e intentar escribir y que no me salga tan fácil como estoy acostumbrado. Para ser sincero siempre hay algo sobre lo que escribir: cosas buenas, malas, chistosas, iracundas, de reflexión, de broma, dramas, y de esperanza, de la vida, de la fantasía, de la familia, de los amigos, de la escuela, el amor, el odio, la soledad, la compañía, una farra, o un concierto, una buena acción, o denunciar una mala; tantas cosas que nos pone enfrente la vida y solo es necesario que nos detengamos por un momento a observar, no ver, sino observar realmente lo que sucede a nuestro alrededor.
Vivimos una época turbocargada, entre los avances tecnológicos, los cambios sociales, la transición política, la globalización, el peje, Calderón, la Chupitos, el tri que no levanta, los emos, los punks, los fresas, los gatos hipoalergénicos y los pececitos que brillan la oscuridad. ¿La vida es mas fácil ahora?, no lo creo. Nuestros padres fueron afortunados pues a pesar de que no tenían Ipod o no podían ver 450 canales de cable, la vida(creo) era mucho mas sencilla hace veinte, treinta o cuarenta años. Definitivamente no teníamos que preocuparnos por escoger un gobierno, o por lo que sucedía en Palestina. Ahora no puedo irme a dormir sin pensar en que del otro lado del mundo hay por lo menos tres guerras activas, que están muriendo niños, que viene la crisis financiera de no se donde y nos esta llevando al baile.
Si a todo esto le agregamos que al sentarme a escribir las ideas se me escapan y después de dos o tres versiones no sale algo que me agrade pues..esta cabrón. Debo admitir que hasta ahora esta versión me parece bastante buena. Deja te platico un poco de mi: me llamo Guillermo Chávez y tengo 22 años; actualmente ya no vivo en Coatzacoalcos, hace casi siete años que me fui en busca de nuevas aventuras, pero cada vez que puedo cierro los ojos y me imagino en la escollera observando el mar con el sonido de las olas; estudio relaciones internacionales y soy fotógrafo amateur(MUY amateur pero me encanta); tengo una familia increíble y estoy muy agradecido por que sigan en mi vida; me eh cambiado de universidad tres veces y a pesar de los problemas inherentes ha sido la mejor decisión de mi vida; soy soltero pero siempre dispuesto a encontrar el amor; mis amigos dicen que estoy un poco loco y yo digo que no saben en realidad cuanto; mi hermano es uno de mis mejores amigos, aunque nos peleemos la mitad del tiempo; y finalmente, tengo una buena vida, y nunca la cambiaria por nada.
A estas alturas ya me conoces un poco mas, sabes algo de mi vida y creo que si me estas leyendo yo también se algo de la tuya. El hecho de leer por completo esta columna ya dice algo de ti, significa que algo te hizo click, que te pudiste identificar…o por lo menos eso espero. Este es un proyecto que siempre eh tenido en la cabeza y aunque no tiene todavía una forma definida estoy seguro que será exitoso. Sucedió casi por accidente, sin saber muy bien de que o como hacerlo, algo definitivamente diferente lo que estoy acostumbrado escribir, ¡Pero bueno!, aquí esta ya la primera entrega.

Nos vemos la próxima semana, mientras tanto… ¡Salud!

Ah por cierto…cada semana compartiré con ustedes una canción de mi biblioteca personal , esta semana Mika con My Interpretation.