domingo, 17 de mayo de 2009

Hoy no.

Hoy no quiero ser sensato. No quiero pensar, ni reflexionar. Quiero mentar madres, sacar todo lo que llevo dentro. No quiero ser el “hombre mas grande”, quiero mandarlos a todos al carajo y disfrutar de un capricho inmaculado. Ser diferente, ser extravagante, romper esquemas, aprender de mi, de todos sin ser empático. No ser responsable, ni dignificante, llegar mas lejos y hacer trampa. Correr en boxers por Cortijo del Valle y pedirle salchichas al vecino a las 4 de la mañana.
Quiero ir rápido, acelerar a todo lo que puede el coche y rechinar las llantas contra el pavimento mojado, sobrevivir y volverlo a intentar en la siguiente curva. Beber tinto hasta alucinar y reclamarle al mundo por todas las vilezas de su existencia. Hablar al chile, ser políticamente incorrecto, decir las crueles verdades que la mayoría de las personas quieren callar. Avergonzar a todo aquel cerca de mi y enfrentarlos con sus mas oscuros secretos.
Quiero reír hasta que se me salga la leche por la nariz, beber frío y resentir el dolor de cabeza al instante. Cantar hasta quedar afónico, comprar hasta quedarme sin un centavo, aprovecharme de las oportunidades, enamorarte sin parar. Dejar que la embriaguez de la vida me tome por asalto y no me suelte hasta quedar inconsciente. Dormir de día, vivir un mes de noche, aprovechar las ambulancias para evadir el trafico, ser un mal ciudadano.
Correr en contra del sentido, despertar a la gente a las 4 de la mañana en martes, salir de antro entre semana y “olvidar” pagar la cuenta. Ser descortés y aprovechado, vivir todos los días como si fuera el ultimo, el único; sin pensar en el pasado ó en el futuro. Copiarme en los exámenes, y llegar crudo a clases. No bañarme en una semana e ir al teatro en pants. Morder las plumas prestadas, llevar whiskey a la escuela en un día frío. Robarme un arpón en una tienda de deportes y perderlo al día siguiente.
Tomar un autobús e ir lo mas lejos que se pueda sin avisarle a nadie. Dormir en la playa después de una noche de antro, pasarme un alto, mandar a cagar a un policía corrupto y atropellar a un ladrón. Decir groserías en la mesa, comer fritangas, tener ojeras hasta los labios y dormir una semana después. Quemar los recuerdos de los exnovios, leer temas prohibidos, poner las cosas en su orden natural. Preferir el libro vaquero sobre el Quijote, ver películas fuertes y burdas en lugar de arte sin sentido.
Usar camas ajenas en lugar de la mía, ponerme zapatos rotos por placer, tener fiestas hasta la madrugada sin hacerle caso a los gritos de los vecinos, aplaudirle a mi vecina por sus gritos de la noche anterior. Romper una obra de arte y decir que ahora se ve mejor; tirarme muchas muchas veces en un paracaídas hasta vomitar, burlarme de la gente en la fila de la montaña rusa. Ser un mal ganador y un peor perdedor, llorar por capricho y enamorarme de la persona equivocada.
Ser yo mismo sin pensar en las consecuencias, vivir la vida al máximo sin arrepentirme de nada. Pensar en mí o en quien se me de la gana pensar. Dejar de pensar en lo que piensa la gente y empezar a aprovechar los momentos. Disfrutar cada segundo por bueno o malo que sea, valorarme a mi mismo por lo que soy no por lo que dicen que soy. Descubrir mi verdadero yo, dejando de lado los moldes obsoletos. Gritarle a la vida “puta!” cuando se lo merezca. Reír a carcajadas cuando mi alma me lo pida. Dejar de pensar en el bien o el mal, mejor pensar en lo que me de tranquilidad.

1 comentario:

  1. hazlo! no todo el tiempo se debe ser políticamente correcto, ni actuar con tal de agradar a los demás.

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