lunes, 28 de septiembre de 2009

Mushkin Goes to Belfast 4: Impressions

Desde mi nuevo refugio a 8600 kilómetros de casa. Con la ventana como único reflejo de lo que sucede fuera de aquí. Acompañado por Pepe mi planta, mis libros, mi música y las esporádicas convivencias con aquellos, que como yo, todavía se acuerdan de los momentos que pasamos juntos. Dejamos la comodidad de la casa, del servicio, la movilidad del auto, el derroche del privilegio; y dimos paso a una realidad alterna, paralela a la que deje atrás, en la que la responsabilidad recae sobre uno, en la que las cosas no sucederán si no haces que sucedan.

Trasciende las tareas domesticas para profundizar en los aspectos mas personales de la existencia. Son pequeños detalles los que me dan el diagnostico de nuevos modos y maneras; palabras adecuadas, pensamientos que no se quedaron en la cabeza para salir en forma de palabras y conversaciones. Reafirmaciones de lo que tanto me han repetido y me cuesta tanto trabajo creer, cada vez menos, pero trabajo aun. Conviviendo, conociendo, profundizando; preguntando, curioso, interesado. Sin saber bien el propósito final, las consecuencias y desenlace de los problemas que se han presentado. Con una extraña tranquilidad, que no permite pierdas el paso, solo te relaja para poder disfrutar lo que tienes en frente.

Buscando un balance entre la estaticidad y el movimiento. Revisando cada uno de los pasos buscando significados que pueden o no estar ahí. Dejando de lado la actitud tímida, el miedo al rechazo, las inseguridades infantiles y la falta de reconocimiento a lo que es. Disfrutando como siempre los placeres y delicias de la vida, y descubriendo nuevas experiencias inesperadas. Aceptando culturas, aprendiendo nuevas perspectivas, reconociendo que la distancia no es equivalente al olvido.

Definiendo el nuevo esquema de operación, analizando, pensando, equilibrando. Sacrificando unas cosas por otras, manteniendo lo indispensable; y algunos lujos extras. Estableciendo horarios, aceptando responsabilidades, fomentando el dialogo. Alzando mi voz cuando necesita ser escuchada, callando cuando el silencio es suficiente. Con algunos de los vicios de siempre, unos mas recientes que otros. Y nuevas virtudes antes desconocidas en mi. Aceptando las limitaciones del lugar, y al mismo tiempo palpando muy de cerca el potencia.

Con paciencia, temple, perseverancia, disciplina. En movimiento, sin pensarlo mucho, sin miedo, alerta. Consciente de las nuevas reglas del juego, inmediatamente pensando en cuando romperlas y cuando solo doblarlas un poco. Preservando lo preservable, rescatando lo rescatable y abandonando lo que hace mucho había abandonado. Observando rostros, no apariencias; probando nuevos círculos, nuevas circunstancias que no son mías.

Comparando, enriqueciendo, formulando de nuevo. Imaginando, soñando, creando. Mirando mas lejos con los pies firmemente parados sobre el suelo. Nunca olvidando de donde vengo, donde estoy y a donde quiero ir. Añorando el mañana, disfrutando el hoy, recordando el pasado. Poniendo todas las piezas en su lugar, esperando pacientemente el último día de mi vida. Conociendo de antemano que el viaje es y será grandioso; venga lo que venga.

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