martes, 10 de marzo de 2009

Un tesoro para vos (10 de agosto de 2008)

Es desgarrador ver a alguien que amas con el corazón partido. Saber que la decisión que están a punto de tomar puede llevarlos por caminos peligrosos en los que el riesgo es la felicidad misma.
Cuando te hieren de muerte en el alma la reacción que viene en consecuencia es cruelmente instintiva, aislarse, defenderse con los dientes, con las uñas, tratar de limitar al dolor a punta de golpes de alma. El camino para evitar el dolor parece seguro en principio, es un camino que se recorre solo, lejos del ajetreo de las relaciones interpersonales, atractivo en momentos en que las lagrimas parecen formar mares en tu cabeza, pero al mismo tiempo es una bomba de tiempo en que la soledad inevitablemente se convertirá en el mayor dolor de todos, mas que la traición, el abandono, el rechazo, el aislarte de la vida misma con afán de mantenerte a salvo te dejara como una piedra, seca, dura, vacía...ocuparas un lugar en esta vida que no te toca, todos los lugares de piedra ya vinieron definidos, nos toca ser humanos, reír, llorar, gritar, amar, ser amados, ese es el papel para el que nacimos...y a menos que creamos en la reencarnación solo tenemos una oportunidad para vivirlo, solo una...
Muchas veces me pregunto el porque de las cosas, trato de descifrar el motivo de que las cosas sean como son, de que los errores se cometan y que una y otra vez permanezcamos vigentes. A pesar de haber intentado por todos los medios transformarnos en piedras es innegable el fracaso rotundo que nos hemos llevado, la respuesta es sencilla, nunca logramos perdernos del todo de nosotros mismos, podemos dejar atrás a todos, evadir la realidad, evitar el contacto real con otros...pero nuestra naturaleza irrefutable como seres humanos nos prohíbe alejarnos lo suficiente de nosotros mismos como para llegar a la dureza del mineral muerto. Nunca nos perderemos lo suficiente para no poder regresar, solo tenemos que decidir que queremos volver..no importa cuanto nos tome, no importa cuan doloroso se vea a lo lejos..los momentos de verdadera felicidad, por muy pequeños e insignificantes que parezcan serán siempre valor suficiente para emprender tal reto.
Una sonrisa arrancada, una mirada sincera, uno solo de estos instantes valen por encima de cualquier llanto, del dolor solo los caballos se mueren...los humanos podemos seguir viviendo y recuperarnos, podemos aprender y defender nuestra vida por sobre todas las cosas...
Creo que al final empiezo a divagar...son tantas las ideas que se confunden entre ellas, sintetizare solo una de ellas en esta declaración final: el amor, con todo el dolor que trae consigo, vale la pena.

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